Alcañiz se alza en lo alto del cerro de Puy Pinos, coronado por la
inmensa mole del que un día fue castillo calatravo, y ceñido a sus pies
por uno de los muchos meandros que el río Guadalope dibuja en su lento
discurrir por esta Tierra Baja. El plano de la ciudad presenta varios
sectores muy bien diferenciados: en primer lugar el casco antiguo,
constituido por el cerro del castillo y sus calles adyacentes.
El
caserío se ha adaptado aquí a la fuerte pendiente, teniendo las
principales vías un trazado paralelo a las curvas de nivel, paralelas
entre sí. Por el contrario, las que cortan en sentido transversal,
tienen una fortísima pendiente, descendiendo hacia el río.
Como la
mayoría de los cascos antiguos, se trata de un sector degradado debido
especialmente a la antigüedad de los inmuebles, que no reúnen
condiciones para la vida moderna. De ahí que su población sea
preferentemente proletaria. Es una zona calificada como de «renovación
urbana» por el Plan General de Ordenación Urbana. Es famosa su plaza del
Ayuntamiento, con bellísimas arquerías. Blibiografia:enciclopedia-aragonesa.com
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